FIRMA DE UN CONVENIO CON LA UMU PARA SALVAR ESPECIES EN PELIGRO DE EXTINCIÓN
El huerto base queda ubicado en el Centro Penitenciario Murcia II - Campos del Río y diez penados forman el equipo inicial de trabajo
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Momento de la firma |
José Mª Egea Fernández por la Universidad de Murcia - Botánica UMU y Josep Tomás i Galea por las asociaciones: Asociación Templarios de Jumilla (ATJ), y Associació Cultural Jumillana (Barcelona CAT), han firmado un convenio de colaboración para salvar y poner en producción especies de plantas y frutos autóctonos murcianos y españoles en peligro de extinción sumándonos así, a la campaña internacional de lucha contra el calentamiento del planeta dentro de un programa de agricultura ecológica, recogido en el proyecto templario Guardianes de Semillas, que tiene su base central de operaciones en el huerto terapéutico del centro penitenciario Murcia II ubicado en el municipio murciano de Campos del Río.
El Sr. José Mª Egea es catedrático de Botánica y una autoridad mundial en agricultura ecológica que desde hace tres años viene colaborando con los Milites Christi jumillanos en calidad de voluntario y asesor en las tareas agrícolas.
En la actualidad, tras haber asignado la Subdirección de Tratamiento del establecimiento penitenciario a la ATJ una parcela de 600 m2, un equipo inicial de reclusos formado por diez penados se benefician de los conocimientos agrícolas que va desde el rescate, selección, siembra y cultivo de especies autóctonas murcianas en peligro de extinción siguiendo pautas de agricultura ecológica hasta aprovechamiento de recursos reciclables que genera el propio establecimiento penitenciario siguiendo una política de optimización de recursos y reciclaje
en cumplimiento de la directrices de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias.
La preparación de los internos en éste área de la agricultura ecológica les permitirá tener una mayor accesibilidad al mercado de trabajo a la vez que la terapia rehabilitadora del proyecto se suma a las del propio centro penitenciario.
La ATJ no goza de ayuda institucional alguna y se nutre del pequeño mecenazgo y voluntariado sin animo de lucro en estado puro.